Brecha digital en la educación, una consecuencia que deja
la Covid-19
He elegido
este tema porque es algo que se evidenció durante la pandemia y fue
determinante tanto en ese momento para el alumnado de esas fechas, como
posteriormente en las dinámicas educativas a utilizar. Está claro que la
tecnología se ha convertido en una de las principales vías de conocimiento, así
como la principal herramienta de trabajo en muchas ocasiones, pero esto somete
a las familias más desfavorecidas a una discriminación indirecta, al no poder
disponer de los medios suficientes para cada uno de sus hijos/as en edad
escolar. He visto familias compartiendo un ordenador o una tableta, sin
impresora casi por descontado, o trabajando desde un dispositivo móvil.
Unicef y la Unión Internacional de Telecomunicaciones
(UIT) indican en su último informe que
2 de cada 3 niños en edad escolar en el mundo no tienen conexión a internet.
Concretamente, 1.300 millones de personas de entre 3 y 17 años.
“La falta de conectividad no solo limita la capacidad de los niños y jóvenes para conectarse en línea, les impide competir en la economía moderna. Los aísla del mundo. Y en el caso de que se produzcan cierres de escuelas, como los que han sufrido actualmente millones de niños, les lleva a perder la educación”, afirma la directora ejecutiva de Unicef en el informe, Henrietta Fore.
Durante los años de la pandemia, el proceso de digitalización se ha
visto acelerado inevitable y lógicamente, pero esto ha evidenciado las
diferencias existentes en cuanto a su conocimiento, acceso o disponibilidad, capacidad
y limitaciones para su manejo, etc.
Reforzar los recursos
sociales destinados a combatir esa brecha es clave para garantizar la no
discriminación por razones económicas a ninguna
persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario